La piedra maragata forma parte de un tipo de arquitectura popular, y nos ha acompañado durante muchos años. Es propia del lugar donde se originó, caracterizado por intensos meses de frío y extremo calor en verano.
En sus inicios, su diseño y colocación estaba pensado para proteger a la vivienda de ese tipo de clima característico, usando, además, de elementos como el barro o la madera, pues eran los materiales que ofrecía la tierra por entonces.
El término "maragata" se ha asociado con la palabra "mercader", y se piensa que de ahí proviene su nombre. Solían ser construcciones en el campo, pensadas para albergar tareas agrícolas o ganaderas. También es conocida tradicionalmente como casa arriera maragata.
La arquitectura maragata hoy día
Al ser popularizado este tipo de construcción y haberse ampliado su rango de uso hacia otro tipo de zonas, como casas rurales, chalets situados en urbanizaciones y otras, la piedra maragata se ha convertido en toda una seña de identidad estética renovada.
En efecto, hoy día su uso se ha popularizado tanto que muchas veces tenemos que diseñar espacios únicos usando íntegramente este tipo de arquitectura, especialmente en viviendas de lujo.
Los muros de este tipo de construcción se construyen con mampostería para proteger del frío y servir de sistema de seguridad para la vivienda, por ello es normal su uso en lugares donde existe un valor mobiliario alto.
Normalmente es de tono rojizo, aunque existe una gran variedad de gamas de color dentro de esa misma tonalidad. Los muros suelen ser anchos, de no menos de 60 centímetros, y no más de 85.
El rejuntado se realiza tradicionalmente con cal y arena arcillosa, también rojiza, aunque en algunas mezclas se suele incorporar cemento según las características de portabilidad deseadas.
Algunos elementos significativos de su arquitectura
La solana, también llamada corredor, es una voladura que puede estar ubicada desde la primera planta o asentada sobre pies. También es realizada con piedra maragata para dar mayor sentido estético al inmueble.
El remate de esquinas y otros huecos se realiza normalmente con losas de pizarra o "grillandas", formando la zona característica que tiene forma de alero.
Otro elemento peculiar de una construcción arriera son los testeros, también llamados hastiales, para el remate de cubiertas con formas escalonadas y progresivas hacia una terminación con losas de piedra basales. Esto facilita poder caminar sobre ellos para añadir otros elementos arquitectónicos como las correas o la parte ramificada.
El uso de la madera
La madera sirve a la construcción para rematar o acicalar la estructura base, pero también es usada en la estructura de muchos elementos. Así suele incorporarse en los tejados como primer soporte del cabezal.
Otros elementos como las barandillas, algunos pilares, los aleros, los balcones superiores o incluso como meras vigas decorativas, son construidos en madera, aunque también encontramos barandillas de forja.
Del mismo modo, es típico de esta construcción su uso en ventanas y portones, como seña característica, junto a la piedra, de la casa arriera maragata.
El carácter desconfiado del arriero hace posible la colocación de trancas en portones y ventanas, dando seguridad a la casa, y estando formada normalmente con madera o forjados de hierro al uso.
Y no termina aquí, en muchas ocasiones existe una ventana interior y otra exterior, ambas protegidas por dichas trancas. Al mismo tiempo, se protege más eficazmente del frío el interior de la vivienda.
Suele usarse el chopo o el roble, también el negrillo, un tipo de olmo que produce un toque más opaco en ciertos diseños.
Es común el uso de barandillas de madera interiores para circular por partes altas o dar acceso a las habitaciones, formando un bonito patio interior.
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